jueves, mayo 05, 2005

Lo que queda

Lo que queda
quizás mañana sea un cielo
una cienaga, mil entierros
la pasión de los que en la luna depositan rima y llanto
una misa en esperanto
un jardin en las mejillas
un niño entrando a hurtadillas entre cómico y hereje
a robar las estampitas que engalanan el pesebre
y dos voces afinadas
y dos tímpanos urgentes de encontrar los ingredientes
que evitan pasar frío
o si no
la palmada hacia un perro de su amigo
la región de la vereda
donde entendí que lo que queda ya se ha ido
un desfile de certezas
un cienpiés destinado a su carrera
y la ciénaga y los despidos
donde todos estos días apretado he convivido

sábado, abril 16, 2005

El Tigre


Mi recuerdo de aquel día se limita
a mostrar en su espectro la faz crónica
que lentamente va perdiéndose en la agónica
sucesión de tardes que lo imitan.

Ha perdido los detalles la memoria
como quien pierde uno a uno los motivos
como quien ha olvidado los caminos
que atravesó al recorrer su propia historia.

Solo se olvidar, ser olvidado
solo se pasar por la memoria de la gente
ocupando un lugar que urgentemente
borrará algún suceso del pasado.

Si hubo entonces, perdido entre postales
un árbol de piedra, un muelle, un espejismo
y un amanecer que no va a ser el mismo
que mañana se levantará con ese grave

Itinerario que rige lo inconmensurable.
Y yo, que como un urgente funebrero
estoy condenado a sepultar febreros
sin poderles celebrar sus funerales.

Pues vendrá mañana un nuevo Tigre
otro árbol, otro amanecer, otra poesía
otro morir, otro renacer al tercer día
otro febrero que fielmente olvidaré

La conciencia de la unión

Cuando el mundo era nada,
Todo era al revez.
Falto que un forro se apropiara,
De la tierra que vos ves.

Aunque los mosquitos vuelen
Jugando al ajedrez,
Carecemos del coraje
De llamarlos ángeles.

Triste e ingrato escepticismo
Que nos baña el corazón.
Es muy grande el abismo
De la razón a la pasión.

Será tarde cuando nadie
Sienta el amor,
De un hermano, de un amigo
Del abrazo y del sudor.

Que la conciencia se levante,
La conciencia de la unión.
Pa’ que juntos convirtamos
A esta mierda en amor...

Y yo que soy un simple
Aprendiz de trovador,
Te pido que no te canses
Si el camino es muy largo.

Ay! Cuándo aprenderemos
A vivir en comunión.
El mejor amigo del hombre
Nunca fue un canino.

Fue la rabia, el egoísmo
Y la sed de apropiación.
¡Quememos todas las banderas
pa’ tener un mundo mejor!

Que reviva Mahatma Ghandi
Y que muera Pinochet
¡A ver si nos paramos
todos juntos de una vez!

Mechón, cantautor

sábado, marzo 12, 2005

Ni todos los libros del mundo

Hay días que me levanto como se levantó el primer Adán, ofuscado en ponerle nombres a las cosas y encasillarlas.
Otros soy como Arquimedes, y una espada romana me saca de mis cavilaciones; y, a punto de descubrir el concepto me despierto ensangrentado.
A veces, solo a veces, me siento un glorioso Leónidas con sus trecientos espartanos esperando en el estrecho de las Termópilas con estoicismo heleno al poderío persa.
Y otras tardes se asemejan a la tarde en que Socrates bebió la cicuta con resignación.
Hay dias que siento, como alejandro, que lo que busco estará al otro lado de aquel rio; y hay dias que entiendo que son otros ríos los que nos separan.
A veces, torturado y hediondo, cuelgo de una cruz; y tambien soy Judas contando que los dineros sean treinta.
Soy Salomé pidiendo la cabeza de Juan el Bautista, y a la vez un Herodes condecendiendo gustoso al infinito capricho femenino.
Soy un rey britano, traicionado por su mujer y su amigo.
Soy un escriba duplicando a Aristóteles en un gris monasterio. Un villano de Salamanca, un pirata de las Azores.
Y son pocos los dias que me siento derrotado como napoleón en waterloo, otros soy esa aldea austríaca sin saber que le estoy dando alguna cifra a la posteridad.
A veces pienso que ni todos los libros del mundo pueden abarcarnos, otras veces estoy seguro que bastaría solamente (como dice Borges) pronunciar las secretas letras de nuestros nombres.

viernes, febrero 25, 2005

Nuestra tristeza no ha de acabar en el llanto

Nuestra tristeza no ha de acabar en el llanto
nunca fuimos tan vulgares
no nos sentaremos a parecernos sinceros
sobre las ruinas de otra resaca
no hablaremos despacio
jurando con énfasis nuestras soledades
no nos engañaremos en pensar que las arenas del tiempo
cesarán su paso
en lo que va tu cigarrillo, de la mecha hacia el filtro.
Y buscaré en tus ojos
algún fuego en la tormenta
algún nido de peregrinos
mojados y mugrientos
refugiándose de tu ira y tus lluvias.
Y entre harapos
entre espasmos y miserias
me encontraré entre los vagabundos
me miraré despacio, tratando de reconocerme
y me pediré un cigarrillo.
Nuestra tristeza acabará cuando me lo niegue.

miércoles, febrero 23, 2005

Sobre pirámides y otras geometrías

Estaré invisible en un mundo de ciegos
el paisaje no importará demasiado
Todos los hombres que un día fui se hundirán en lodo
y quedaré yo
fusionándome en el aire
Fermentando, definiéndome
En mis últimos segundos entenderé al fin lo absurdo del tiempo
lo sólido de lo fugaz
lo frágil de lo perdurable
Conoceré lo sacro y lo pagano, lo áspero y lo cálido
tendrán asilo todas mis dudas
tendrán cielos claros todas mis tempestades
Los caminos cerrarán sus geometrías
el círculo se conjugará en una pirámide
y descubrirá su tardía forma de trapecio
Y al fin un vacío incompleto
una nada sucia
que se irá limpiando en mis últimos suspiros.

viernes, febrero 18, 2005

Hoy

Hoy despierta en un mundo que no quiso
Ahora simplemente no ambiciona un perdón
Un nombre, un pasado, una lengua que no entiende
Un color y una palmada del doctor

Nadie le pidió que sea paciente
Que entendiera el circo que ahora tu llamas amor
El nunca dijo que no le gustaba lo que hacía
Y un día le enseñaste el pudor

Nombraste a la Biblia y a los cielos
Y a los sacrílegos que le merecen temor
Basaste tu enseñanza entre miedos, entre héroes
Entre tumbas de batallas del honor

Un día descubrirá que no es un juego
Que el mundo es una mierda y que no existe razón
El día tenebroso que se arrime a un espejo
Y que el reflejo le devuelva tu mirar

Anastasia / Anestesia

Anestesia se encuentra
Dormida en apariencia
No hace nada, y está tan bonita
Que da gusto verla
(Aunque algunas veces nos mienta)

Anastasia supura
Su primera adolescencia
Acunada en llantos y en histeria
En su cama hecha
De maternal condescendencia

Corre blanca, desnuda
En sus sueños de princesa
Esperando un príncipe azul
Que se enferme con ella
(Así por fin alguien entienda)

Anestesia imagina
Su propia primavera
Un desfile de palomas muertas
Con las alas secas
(Por volar donde ella no llega)

Anestesia nos odia

martes, febrero 15, 2005

Una paz duradera

Tanta sangre obediente
Tanta violencia contenida
Solo mueres en los días
Que no te atreves a matar
Ya no te asombras en mirar
Tanta paz obsecuente
Que no es ojo, que no es diente
Pero es venganza que supura
Por los poros de la duda
En que respiran las relaciones
Y van muriendo las razones
Se van quemando las banderas
Sentados en la misma vereda
Tomamos el mismo mate
Se bajan los estandartes
En pos de una paz duradera

Sin

Estamos transparentes
soñolientos y desarmados
desconsolados y harapientos
sedientos y resentidos.

Nunca pensamos
si es que el resto está ciego
expectante o agresivo
contenido, vestido, satisfecho
y cómodo con lo que pasa.

Avenida Alem

No me a vencido tantas veces la noche
como para que entre sus baldosas
la Avenida Alem me recuerde
como aquel navegante
para quien tormentas y soledades
siempre han sido la misma cosa
No he sabido del camino
mas de lo cuentan los faroles
y cuando por azar sus luces no manden
siempre ahí a estado la luna laboriosa
guiando el pie del caminante
Que caminando a tratado de olvidar
un perfume, entre mares de nicotina
un nombre, entre letreros y carteles
y aquel pelo ensortijado
en los laberintos que teje la noche
y que el sol poco a poco lastima

domingo, febrero 13, 2005

Testimonio de una bahiense

¨La capital no es más grande que Bahía Blanca, y dormida como ella¨
Ernesto Guevara (Carta a su madre, Guatemala, 1953)

Tengo 21 años y naci en Bahia Blanca. En sus calles me crie y con su gente me eduque. Yo no creo que mi psicologa tenga razon, no todos mis defectos son resultados de la crianza que me dieron mis viejos, soy bahiense y camine por la calle alsina. Eso debe haber afectado algo, algun riñon aunque sea...no se. Es dificil hablar del tema.....no es casualidad que mis amistades bahienses tengan los mismo problemas que yo, humor acido, perdida del sentido comun, visiones negras, ciertos patitos fuera de linea...ahh. No, no es casualidad. O sera como dicen: Dios los cria y el viento los amontona, Bahia es la ciudad del viento, no?. El problema es que yo no creo en Dios.

Chepina, Arteinsana Bahiense

El rastro de una lágrima

Sobre el rastro tenue las penumbras
De la tarde dibujaban decepciones
Que en los rostros se morían en millones
De estrellas titilando en las mejillas
Nublando, entre otras pesadillas
Los pesares, los fracasos, las razones.

Sobre el rastro tenue, abandonado
Una mujer se calzaba su armadura
Muerta de frío por palabras que desnudan
Las carnes de mil noches que han pasado
Entre lágrimas buscando las ranuras
Entre bisagras de un yelmo oxidado.

Sobre el rastro de una lágrima
De mujer ha florecido la poesía
Peligrosa, refugiándose en espinas
Lastimando con morbosa calma

Y sobre el rastro tenue, las plegarias
Que han rezado los amantes derrumbados
En escombros, acumulándose en el lado
De aquel fuego de una pira funeraria
Simplemente, tristemente han quedado
Reducidas a una lágrima ordinaria

viernes, febrero 11, 2005

El dragón

Hoy cruzaré el umbral, siempre estuvo
vedado para incapaces ojos los caminos
olvidados. Callaré los vicios del destino
atragantándolo con el acero, dudo
que la muerte me presente aquella entrada
no necesito sino confiar en que mi espada
tenga el filo requerido, solo el justo
Los pasos que me alejan del abismo
no son más de los que siempre fueron.
Oigo algo que podría ser un trueno
para todos los idiotas que aquí mismo
confundieron la valentía y el arrojo
con mostrarse desarmados ante el rojo
y fulgurante aliento de la bestia.

Hoy será el dragón o yo
Hoy de algo estoy seguro

lunes, febrero 07, 2005

Necedades

Sumamente quisquillosos, grotescamente miserables, ciclicamente acalorados, fantasticamente vivos, soberanamente muertos. Deliberadamente humillados, frecuentemente reconstruidos, sardonicamente calmos, histrionicamente necios. Discretamente animosos, paulatinamente cuerdos, salomonicamente jactanciosos, hipocritamente hipocraticos. Municipalmente insanos, soberbiamente introspectivos, tipicamente recelosos, biblicamente altaneros. Necesariamente peregrinos, leoninamente usureros, satiricamente dispersos, posiblemente hermanos.

miércoles, diciembre 29, 2004

Mi Aparato

Yo era conciente q mi “aparato” era mas grande q la mayoría. Al principio no le di importancia, si bien estaba orgulloso de tenerlo.
Hoy en dia parece q nos fijaramos mas en esos detalles. Cuando era pibe “eso” no existía, y para cuando me “avivé” pensaba q habría uno para cada familia, como q era “imprescindible”.
Al fin y al cabo, la primera vez q lo use, no era totalmente conciente de su importancia. Y le di para adelante habituándome a sus virtudes, aunq el tamaño me resultaba francamente desmesurado. Colgando en mis pantalones parecia un gato dormido.
Las mujeres lo usaban con naturalidad y debo decir q ninguna hizo jamás referencia a sus dimensiones. Si al peso y color.
Yo no soy de esos tipos vergonzosos pero tampoco soy de los más desinhibidos. Tal vez por esa razón nunca lo comenté con nadie, a pesar q algunos lo tenian igual q el mío y aun más grande.
Dirás q es estúpido, o frívolo: yo imaginaba q los más pequeños tenian q resultar mucho mas aceptables y hasta más exitosos. Esto nunca lo dije, pero gracias al progreso científico logré tenerlo un poco más reducido, sin demasiadas molestias. Y como todas las cosas, estrenarlo fue maravilloso. Te pareceré idiota si digo q mejoré la comunicación con la gente y hasta influyó en mi trabajo.
Mi mujer fue quien menos notó la diferencia, aunq sospechaba en silencio q debía compartirlo con otras. La vida transcurrió sin variantes, excepto q yo ya no sentia q todos me miraban “el tremendo bulto” bajo mis caderas.
Sin embargo debo admitir q muy poco tiempo después volví a torturarme pensando q continuaba siendo muy grande a ojos vista, y otra vez sentía las miradas clavadas en mi.
¡Pensar q tantos hombres viven normalmente una vida feliz sin estar tan pendientes de su aparato!
Como ya lo había reducido una vez exitosamente, comencé a programarme para una nueva operación de achicamiento. Mi esposa no me alentaba en absoluto, pero esta vez decidí compartir con ella mis tribulaciones. Sólo por participarla sin exponerla a sorpresas. En realidad para ella todos resultan igual mientras cumplan la función. Esa es su postura, aunq yo se q se sentía más segura manipulando al “chiquito”.
Tal vez resulte impropio decirlo, pero a mi yerno, el yugoeslavo, se lo vi. Era tan diminuto y de color rosado q hasta daba risa. Sin embargo mi hija menor se casó muy entuciasmada. Estoy seguro q no fue por eso q se divorció.
De mi otro ex yerno prefiero no hablar, ¡creo q ni tiene!
La cuestión es q vislumbro q mi obsesión por el tamaño no tendrá fin. Volví a reducirlo considerablemente y me siento muy feliz, lo uso más q nunca y como se q pronto volveré a sentirme desconforme, no pararé hasta minimizarlo todo lo q pueda.
Confieso reconocer q lo importante es q funcione, pero en los tiempos q corren el celular debe ser lo más pequeño posible.

TATA

lunes, diciembre 20, 2004

Sobre apóstatas e iconoclastas de variada calaña

Fuego eterno, tormentos, la mas cruel de las muertes cristianas para el execrable León Ferrari... ¿será tan facil?... ¿podrán los papas de antaño haber comprado el cielo de la misma sencilla manera de que a León le arrojaron al infierno?.. ojalá por (inserte deidad, ídolo de barro, fetiche new-age, santo de su devoción o animal a elección) que no...
En mi humilde opinión creo que si existe algún Dios estaría mucho más alla de los mezquinos argumentos de quienes critican la obra..¿o acaso no es Dios amor? cualquiera ama a quien esta a favor de uno... pero pocos seguramente tengan la capacidad de amar a quien critica con saña sus más íntimos valores.
Sean cristianos muchachos.. no quemen al iconoclasta

martes, diciembre 14, 2004

Recorrer la sopa con una cucharita de postre

El recorrer la sopa con una cucharita de postre le pareció lo más patético que le dejaba el día. Se puso a pensar (casi sin proponérselo) en que el ser humano se sobrepone a todo, o sea, se conforma con poco. Filosofaba sobre el hecho de que se puede comer casi cualquier cosa, por más insulsa o amorfa que sea, solo poniéndole un poco de sal y cerrando los ojos, imaginando tanto un plato de avena de un rey asirio como un postre de astronauta.
Abandonado al triste menester de buscarle virtudes a algo que realmente no se proponía a insinuarlas, acosado por una tos que hacia juego con el amarillo de sus dedos, y sucio como estaba, se sintió el personaje principal de una película Argentina. Divertido, se decía a sí mismo con la mezcla exacta de sorna y auto desprecio: “allí está el típico sillón, allí están las típicas botellas viejas de cerveza de típica marca, allí esta el típico banderín de fútbol”.
-Y aquí el típico argentino vanagloriándose de sus miserias –se dijo en voz alta, casi como una proclama, un grito de batalla, muy lejos de la censura hacia los instintos básicos del Ser Nacional, los que tanto se proponía a odiar.
Solo pasar la puerta, Buenos Aires. Parecía que a la gran urbe no le molestaba su presencia, pero es cierto que tampoco corría a saludarlo e invitarle un café, tampoco iba a molestarlo con las preguntas fáciles que los amigos fáciles hacen queriendo encontrar respuestas aun más fáciles. Pero también es cierto que Buenos Aires y el se debían una buena charla.
A veces las largas conversaciones pueden durar solo un par de palabras, dejando que un vació necesario complete la parte que correspondería al silencio en la música. Siempre había entendido el silencio así, como la omisión de un acto que a su vez encierra otro más poderoso y arcano, porque lo primero que se pudieron ofrecer dos seres fue el silencio.
Caminar una, dos, veinte cuadras hasta aclarar ideas, después dar la vuelta para ensuciarlas en el camino simétrico. Desde que tenía memoria había recreado aquel metafísico ritual hasta el cansancio de sus piernas y de su alma, en un intento desesperado de encontrarse perdido en un bar de San Telmo, en un folleto del Once o en un epitafio de la Chacarita, pero siempre podía más la realidad abrumadora del hambre y la vejiga.
Sin imaginarse las consecuencias de la osadía de ponerse a pensar en algo mas de dos segundos seguidos, entró en cuenta de que eran las diez de la noche, y de que los cuarenta centavos que llevaba en el bolsillo no le alcanzaban para medio viaje en colectivo (aunque los números dieran). Mendigar no era una opción, sobre todo conociendo las virtudes de la competencia. Entonces solo quedaba enfrentar la vuelta a pie, por lo menos hasta la estación Carlos Pellegrini, cual laberíntico paisaje facilitaba la tarea de colarse.
Una, dos, veinte estaciones. Lejos de ser un desafío artístico para Vivaldi, era una sinfonía constante y ensordecedora del trajín del gusano, parásito éste que recorría el intestino de un enfermo Buenos Aires, quien por las alcantarillas nos hacia sentir su malestar. El subte era otro de esos lugares en que no se puede dejar de filosofar, porque se dispone de poco tiempo para leer algo mas que un folleto de activación de celulares y excede en mucho el tiempo en que uno puede mirar un punto fijo sin aburrirse. Estaba en eso cuando recordó una parte de una novela de Ray Bradbury.
En el libro, Guy Montag Volvía a casa en un gusano (terriblemente) parecido este. Su conciencia era molestada por una intrusiva publicidad de una pasta dental, que le susurraba al oído las bondades de cepillarse los dientes con tal producto y el terrible error de usar otro, so pena de no agradar a la parcialidad femenina.
Pensaba en las cualidades de visionario del gran Bradbury, y en la suerte de vivir en un mundo donde los publicistas no lo leen, o por lo menos no toman sus ideas sobre como alienar e idiotizar a un sujeto (consumidor) al punto tal que, casi lanzando espuma por la boca (que irónico, pensó), se lance sobre las góndolas envuelto en una auténtica vorágine consumista. Hasta se alegró de que la publicidad de una afeitadora solo ocupe una pared del vagón del tren subterráneo.
Bajó del subte con una sonrisa, sabiendo que podría vivir en un mundo aún más (terriblemente) parecido a este.


Momentos

Mejor despacio, muriendo.
Algún momento decidiré mi anunciada muerte
De morirme, asesinaría millones de momentos
Algunos mueren días martes
Algunos mueren días miércoles
Algunas mujeres dicen morir amando
Mientras desechan momentos
Aislados, mediocres..
Diminutos, medianos, altos..
Momentos de máximo alivio
Momentos de muerte asalariada
Momentos....
(Decirlo me arrulla)
Me despierto matando algún momento
Decido: mato algo.

sábado, diciembre 11, 2004

¿El celular es un fetiche Sci-Fi?

Odas, elegías, todo un sinnumero de adagios, de compociciones musicales y poeticas en movimientos lentos y bien estudiados para mi gran amigo nacho!!!!.. claro que la providencia nos alcanza algun dia y nos ilumina de maneras misteriosas como te ha sucedido, gracias por las palabras de aliento, por los confites y glamour cosechados en donde solo se siembra cinismo edulcorado.. eternísimas gracias.

En tiempos donde la gente mide su status en relación al aparatito que le cuelga en el cinto, debemos recapacitar de algunas cosas, sobre lo que queremos ser. Quiero ser mas que un caniche toy, no quiero que hayan pasado 6000 años de humanidad para que solo haya cambiado nuestro foco de adoración... de un fetiche (totem) a un fetiche (Sci-Fi).. entonces, en malboro blau (asociación con fines de lucro) queremos decirle no a los estereotipos de felicidad burgueses.. NO